No conozco tu rostro;
tu voz es agua entre los dedos.
Tu mano en mi corazón es un momento,
y mi corazón está yerto y en silencio
Detrás de mi vinieron tus pasos,
pero encontré noche que ahoga..
Mi boca tocó tu carne,
tremulante;
mi lengua bebió tu sangre,
sedienta.
Pero tu rostro no lo conozco
ni tu voz escucho en la noche,
y tus pasos avanzan en la arena,
mas tu sangre la sentí en mis labios.
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